lunes, 12 de junio de 2017

Los Petti una familia muy normal

Roberto Pettinato es un padre moderno, pero no tanto. A los 55, presenta a sus hijos más pequeños y habla de crianza, del estrellato y de las cosas que hace un papá famoso
DOMINGO 19 DE JUNIO DE 2011
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Por Flavia Fernandez
Palermo. Torre moderna habitada por familias clásicas. Todas, podría decirse, excepto una. De todas formas, una vez adentro del universo Pettinato se viven situaciones de familia normal. Por ejemplo, el padre (pelo revuelto e impronta de rockstar) llega de la calle con un niño de la mano. En la otra cuelga el triciclo. Recibe la esposa -colorada ella-, pincel en mano, pero no aquellos que usa para hacer arte, sino uno que se utiliza para sombrear párpados. Se está lookeando sixties. La idea es que todo sea sixties. La producción está inspirada en Mad Men, la serie que está haciendo estragos en el mundo entero, que describe la vida en una agencia de publicidad en aquellos años, y de la que Pettinato es fanático confeso. "Es perfecta la serie. Tiene el vestuario más atractivo que vi desde Los Picapiedras. Me fascina esa angustia existencial lúgubre, no terminal, de un optimismo que se evapora entre misterios y fantasías que corren tras un nuevo aviso de Lucky Strike. En Nueva York me compré las cuatro temporadas; también la banda sonora", comenta un Roberto Pettinato de solapa y corbata angosta, traba de rigor, pequeño jopo.
Para el cuadrito. Pettinato, Lorenzo, Karina y la pequeña Esmeralda
Para el cuadrito. Pettinato, Lorenzo, Karina y la pequeña Esmeralda. Foto: Daniel Pessah
Mientras él explica, el chiquito que llegó del jardín demuestra ser un pequeño genio. Hablamos de Lorenzo, un rubio fornido que viste camisa y moño. No tiene 3 años, pero sabe el abecedario. Canta en español e inglés, maneja la computadora con destreza, le quita la cámara al fotógrafo y, como si se dedicara a eso, le dispara una ráfaga de flashazos a su padre quien, ante la tos del niño, acota: "Hijo, ¡deberías dejar el cigarrillo!"
Llega el bizcochuelo justo cuando la princesa de la casa abre sus ojos. Entonces todos dicen ahhh, embelezados. Es que Esmeralda es una belleza clásica de siete meses que sonríe cada cinco minutos, por reloj.
-Cuando uno hace el ejercicio de pensar en un padre moderno, el resultado de ese pensamiento podría resumirse en algo así. ¿Cuánto hay de show y cuánto de realidad?
-Muchos creerán que tener un padre como yo es como vivir con Steve Martin. Bueno, podría ser así si no tuviera que trabajar, ¡como le pasa a Steve Martin! Me preguntaste, hace un rato, por mis dos tandas de hijos. ¡No sabía que los hijos venían en tandas! Sí que muchos productos para chicos vienen en la tanda. Sobre los hijos y sus diferentes edades, creo que hasta una edad son niños, hasta la siguiente son personas y a la siguiente?desconocidos a los que deberás preguntarle a los amigos: Y, ¿qué tal? ¿Cómo es mi hijo hoy?
-Pero no me definís al padre moderno...
-Okey. Supongo que significa que no pretendés justicia en el hogar, sino tan sólo que hagan silencio. O aceptás la PlayStation como un pariente más. O caminás por Palermo Hollywood como los Fonzi, en zapatillas y con carrito. Me impresiona la dimensión que tiene el pañal en la crianza de un ser humano. Parece que todo se resumiera ahí. Resulta que hacés de todo durante 24 horas por tu hijo, pero no cambiás pañales y entonces no sos un padre completo. Cantidad de pañales, igual, calidad de padre. Yo cambio en tres segundos un pañal y después me voy a dormir.
-¿Podrías describir un día en tu vida?
-En la vida de las personas existen dos partes: lo que se piensa y lo que se vive. La vida es hacer café mientras se quema otra cosa a tus espaldas. Por más famoso e internacional que seas, eso sucede. Todos nos bañamos, comemos, abrimos veinte veces la heladera como esperando que alguien, del otro lado, nos entregue una sorpresa. Todos nos creemos del barrio porque hablamos con los porteros, todos los que tenemos persianas con motor sabemos que duran un mes. Y todos compramos libros que desaparecen. De mí puedo decir que escucho música experimental a las 4 de la mañana, con auriculares, antes de salir para la radio. Tomo mate con yerba orgánica para sentir que la salud de la new age no sólo pasa por la plaza Serrano. También compro cajas de destornilladores miniatura en los semáforos. A ver, ¿qué más? Compré más de cincuenta almohadas y en la cama sólo hay tres.
-Eso sería algo de lo que vivís. ¿Y en qué pensás?
-Pienso el día entero en cosas que jamás confesaré. Pero no son de este planeta.
-Tampoco tu hijo Lorenzo parece de este planeta. ¿Eso es herencia, estímulo, nuevo siglo, la alimentación?
-Eso tiene que ver con enviarlo a un colegio privado. Ahí aprendés francés, árabe, italiano, hebreo. Es muy importante que, en caso de una guerra mundial, tu hijo sepa gritar socorro en todos los idiomas. Para lograr que un hijo antes de caminar sepa lo que es un mouse y todas las letras existe una industria infantil de alto potencial comercial, llamada Baby Einstein, Pastel de Kinua, BBC, Charly & Lola, Sid, el niño científico, El autóctono Bubba. Todo esto, más dos padres dispuestos a reponer los controles remotos en su totalidad.
-Si fueras el editor de LNR, ¿a quién hubieras elegido para la entrevista del Día del Padre?
-A juzgar por la inmadurez que reina en los mayores de 30, la cantidad de padres que no saben por qué los tuvieron (porque se divorciaron a los seis meses de nacido el niño, etc.) pondría en tapa a un grupo de niños con un cartel que diga: No se preocupen, tenemos todo bajo control.
Entre los sillones cincuentones de cuerina camel y aguamarina, los libros y las guitarras, se impone un televisor antiguo, impecable, que ahora funciona como mesa de apoyo. Entonces, la historia resulta inevitable.
"Mis padres estaban a la última moda. Eran los años cincuenta y podías encontrar la lustradora automática al lado de un Winchester de doble caño sobre la mesa en la que había un Cristo particular: estaba tallado por los indios, con un vidrio en el corazón que, ante el movimiento, saltaba para adelante. ¡Daba terror! Y también tenían este televisor Sylvania. Los tres primeros que llegaron al país fueron para Evita, para Perón, y el tercero para mi papá. Todavía funciona, y podés ver los cuatro canales en blanco y negro que, de hecho, será la última moda dentro de cuatro años, cuando nos cansemos de ver caras largas y anchas, que parecen haber pasado por un palo de amasar fideos.
-A lo mejor lo del televisor fue una señal. Sos un hombre de televisión. ¿O no lo sentís así?
-No sé. Pero la televisión es linda para hacerla, no para mirarla. Me encanta el dicho No le digas a mi madre que trabajo en la tele, dile que toco el piano en un burdel. ¡Jajaja! No puedo llegar a casa de la oficina y ver la oficina otra vez. Entonces miro series o cualquier otra cosa. Llego para la hora de 6,7,8; veo qué se puso Barone y pongo al doctor Morse o Tesoros ocultos. Yo disfruto viendo Mad Men, a lo mejor con un sushi en la cama, soñando con que hubo un mundo post Corea y Vietnam donde se iba de traje o pollera campana al quiosco para luego dar una vuelta en un autito lila pastel.
-Tinelli, Susana, aunque sea por curiosidad, ¿nunca los ves?
-Yo no, pero todos dicen lo mismo. Hay tres éxitos mundiales que nadie entendió cómo se dieron. Porque si le preguntás a la gente, te responderán yo no fui. Uno es Menem, el otro Tinelli y el tercero?¡Los Bee Gees! De la misma forma que toda esa gente dice verme a mí? y mi rating es menor que el de un programa de actualidad apícola.
-Ahora está de moda decir que nuestra televisión es de las mejores del mundo.?
-¡Me irrita! Y dicho por ellos mismos... ¡Jua! ¿Qué importa si es la mejor o la peor? Puede pasar que uno la encienda y vea algo bueno. Pero también enciendo mi microondas, que siempre funciona, y él no se vende a sí mismo cada vez que le meto dos panes. Con relación al talento, lo que es para uno no lo es para los demás. Camus decía que cambiaría diez charlas con Einstein por una cita con una bella corista. Un buen actor hoy debe ser creíble cuando come un faisán, pero también mañana cuando coma las plumas. Y no sé cuántos son así. Me molestan las cruzadas del estilo aguante la ficción, cuando en realidad quieren salvar el pellejo, que se enfrenta con el pellejo que quieren salvar los que tienen el dinero y ven en una ruleta y dos trastes mucho más rédito que en una patriada por amor al arte.
-¿Por qué hablás tan rápido? Imposible no recordar a Tato Bores.
-Hablo rápido porque nunca me dan tiempo, ésa es la verdad. Y me gusta decir muchas cosas en muy pocas palabras. Yo lo miraba a Tato por mi padre. No entendía nada. Sólo esperaba la aparición de un gordo loco que se llamaba Federico Peralta Ramos. Después supe quién era y hoy tengo el honor de lucir su saco. Gracias a la ayuda de Zelmira Peralta Ramos, mi esposa me lo regaló para mi cumpleaños. Me vino con un caramelo de miel pegado dentro del bolsillo. Y recibí la felicitación de la familia Borensztein, que me envió sus videos con una hermosa carta.
-Ultimamente evitás el discurso político. ¿Te cansaste?
-La realidad es que después de haber nacido exiliado no sé si tengo mucho interés en la política. Aunque es lo más sencillo y divertido para burlarse.
-En la tarima sobre el plasma está Perón. Varios Perones. ¿Qué significa?
-Son esculturas que hizo mi mujer. Sí, nueve Perones en mi living. Ellos me advierten sobre el clima. Es que Karina los pintó con una pintura especial, que cambia de color de acuerdo con la humedad y otros factores. En vez de tener a la Virgen, lo tengo a Perón. Y no es casual su figura: él podía ser claro, oscuro, celeste o rosado según cómo iba la política. Es arte.
-Tu esposa es artista. ¿Qué surge de la combinación entre una artista y un músico-showman?
-Yo le digo a Karina que somos los representantes de una dinastía, un nuevo reino a seguir, a partir de la fundición de existencias y mentes volátiles que saben aún más entre ideas y color. Un reino mágico, invencible y etéreo. ¿Qué más? ¿O hay alguien ahí que no quiere tener alas? Realmente existe un nuevo linaje. Leí un artículo de Alicia de Arteaga que hablaba sobre el ascenso de mi hijo el artista, en detrimento de mi hijo el dotor, contando casos de amigos suyos que se sentían orgullosos de la decisión de sus hijos de ser artistas. Sin ir más lejos, la palabra más oída hoy es diseñador (de moda, gráfico, de imagen, de video, etcétera) cuando en los 70 no se escuchaba otra cosa que Psicología, Filosofía y Letras. Siempre le digo estas cosas a Karina. Cada vez que tengo un brote así, del estilo Enrique VIII, ella se ríe y me dice: Okey. Tenés razón ?apagá la luz.
-Poder de síntesis, se dice.
-Es que las vueltas del amor son largas, pesadas y complejas, hasta llegar a una síntesis. A mí me pasó. Revolviendo tu inconsciente llegás a tus primeros años de la adolescencia, en los que el arte, la pintura, la poesía y la música eran tus motores. Esa vuelta la encontré en ella.
-Mencionaste el inconsciente, ¿hablamos de miedos?
-Le tengo miedo a Cacho Castaña y no sé por qué; a Charly García cuando está loco; a una calle completamente desolada; a los espejos antes de encender la luz; a los grabados de demonios; a que la tele se me encienda sola; a los perros adiestrados; a que me descubran una enfermedad y los medios se burlen; a ver bailarinas de cerca y darme cuenta de que eran lindas, ¡sólo de lejos!
-Estamos celebrando el Día del Padre. ¿Heredaste alguna frase que merezca ser transmitida a tus hijos?
-Sí, mi padre me dijo siempre: "Ejercitá la paciencia, m'hijo; badulaque; cultivá siempre las relaciones". Con Lorenzo, por ahora, voy por ejercitá la paciencia.

A TRAVES DE LOS AÑOS

Siempre cuenta que nació exiliado, y eso sucedió porque, cuando estalló la Revolución Libertadora, sus padres debieron refugiarse en la embajada de Ecuador. Nació el 18 de diciembre de 1955. Su padre fue funcionario en el primero y segundo gobierno de Perón, además de ser el creador de la Escuela Penitenciaria de la Nación.
Se inició en el periodismo en la revista de cultura rock El Expreso Imaginario.
Fue saxofonista de Sumo, una de las bandas emblemáticas del rock argentino.
En la TV, condujo programas musicales, sorprendió trabajando con Gerardo Sofovich e hizo magazines. Junto a Gonzalo Bonadeo, hizo Orsai a la medianoche, en TyC Sports. En 1997, con Duro de domar, se dio el gusto del programa propio. Luego vinieron Petti en vivo e Indomables.
Desde 2009 conduce Un mundo perfecto, un late show al estilo estadounidense. Su código con sus seguidores se refleja en los más de trescientos mil seguidores que tiene en Twitter.
En radio conduce El show de la noticia (de lunes a viernes, de 6 a 9, por La 100). También dirige la revista La Mano.
Casado tres veces, tiene cinco hijos: Homero, Tamara (quien lo hizo abuelo), Felipe, Lorenzo y Esmeralda. Los dos últimos, fruto de su relación con la artista plástica Karina el Azem, de 40 años.

PETTINATO EXPRES

La tentación: los helados raros (a los 9 ya comía pistacho, ¡y era el único!)
El desagrado : no saber qué está haciendo Khadafy ahora.
Programa de TV: el que siempre sueño que algún día me va a salir.
La canción: All Along The Watchtower, de Dylan, por Hendrix.
El papelón: ir a Chile de invitado a un programa diciendo que era campeón de dardos. Me esperaron con todo listo y tiré para cualquier lado.
El hartazgo: escuchar una vez más pituto y Bártoli.
La indignación: las convenciones que te marcan cómo actuar, qué decir, qué cara poner, ante un hecho cualquiera.
La emoción: saludar a Ornette Coleman y a Tom Wolfe.
El sabor: iba a decir algo subido de tono, pero creo que Arjona los registró todos.
El aroma: cualquier bosque recién mojado.
El delirio: salir en la tapa de LNR semanas después de una de ¡un huevo!

DISCO

El 7 de julio lanzará un disco titulado Mi mente es mi único lugar a menos que llueva, que grabó en Nueva York en un solo día. "Lo hice junto a Henry Grimes, que tocó con Thelonious Monk, Miles Davis y Sonny Rollins. Sale por Sony y será distribuido en el mundo dentro del circuito de free jazz, que es más pequeño que mi cocina. Pero, como digo siempre: es cultura de verdad hacer música. Y la cultura es lo que te eleva hacia lo desconocido. ¡Todo lo demás son bombones Garoto!"

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