sábado, 16 de septiembre de 2017

“Paloma, vuela más alto” (Te acusan de cisne negro) Huayno canción De Francisco Alvero EL JUGLAR DE LA LIBERTAD

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Resultado de imagen para maritza garrido lecca risco Resultado de imagen para maritza garrido leccaResultado de imagen para maritza garrido lecca“Paloma, vuela más alto”
(Te acusan de Cisne negro) Huayno canción 
De Francisco Alvero EL JUGLAR DE LA LIBERTAD

·         Dedicado a la hermosa compañera, profesora de danzas y bailarina clásica, Perseguida política, Maritza Garrido Lecca, ex presa política peruana: “Terrorista” para el poder

(Sonido del lago de los cisnes...)

Te acusan de Cisne negro, Como si el negro fuese un mal color
Dicen que una peligrosa terrorista, Obtuvo su libertad, hoy
Veinticinco años pagaste, en una oscura prisión
Si cometiste un delito, saldado con creces está hoy!

La prensa como gallina, cacarea con ardor
Necesita ver tu sangre para cumplir su misión
Sólo te digo paloma, en mi canción.
Abre tus alas sin miedo, de cara al sol
Al viento, cantor. Paloma de amor, paloma hacia el sol!

 Paloma abre tus alas, Jamás dejes de volar!
Por más que achiquen tu cielo. Yo se que otro nacerá!
Derechos fundamentales, por ellos quiero luchar!
También por los ideales, yo sé que no morirán

Paloma blanca y radiante, Que sabes luchar por la paz!
Por más que se nuble el cielo, El pueblo te alumbrará!
Tu vida ha sido la danza, como herramienta total
Que tiene de malo eso, se me da por preguntar!

Todos tenemos derechos, a podernos expresar
Si se cierran los caminos, paloma debes volar!
En que se parece el huayno, A la danza y la opera dirán?
La opera es una toda obra, Donde la acción es fuerza vital

De los mares a los andes, De las selvas a la Ciudad
Millones de lágrimas caen, Mi pueblo las sembrará!
Serán gotas de conciencia, Como de paciencias serán,
Si la injusticia se acrecienta, La lucha también crecerá!!!

Paloma de las soledades,  zorzales se suman ya!
A cantar junto a las calandrias, Canciones de amor y de paz

 Paloma, vuela más alto, que no te vaya alcanzar
el riflero de la historia, que no te ha de perdonar
Que hayas volado tan alto, con tu ideal
 Y  hayas surcado los cielos,  sin claudicar!
Paloma, paloma! Paloma!

A mí me enseñó la vida, nunca dejar de soñar
Tal como hizo Víctor Jara, con la guitarra luchar
Soñando un mundo distinto, de libertad
Porque donde no hay justicia, nunca habrá paz!
Paloma, paloma! Paloma!

Podrán herirte mil veces, matarte jamás!
 Perseguirte con bravura, para lograr
Que cejes en tu coraje y tu dignidad
Que calles en tu mensaje de libertad
Paloma… Quebrarte, nunca podrán… paloma… paloma!

Ha quedado demostrado, una vez más
Que aunque te encierren con odio,  no lograrán!
Que te arrepientas del vuelo, sobre esta faz
Para conseguir altura de dignidad
  Tu vuelo es aurora! Paloma! Paloma!

Como el lago de los cisnes, de pie estarás
Junto a otras blancas palomas, has de volar, volar, volar, volar!
Mas allá del alto cielo y el ancho mar
Divisando el horizonte para avanzar!
Paloma… Nunca callaras, Paloma, como el rojo ideal
Paloma… no te vencerán!

Paloma, eres ejemplo de dignidad!
Dignidad de nuestros pueblos, que luchan ya
Por la paz y la justicia, florecen ya
  Por siempre abriendo caminos de libertad
Paloma, paloma! Paloma!!!


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El día que el líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, 
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fue capturado, la policía intervino, entre otras, la casa de Mirella, una reconocida bailarina peruana que esa noche volvía a su departamento en el barrio de Magdalena en Lima. En realidad la policía había allanado todo el edificio y detuvo a varios vecinos que los agentes creían sospechosos. A Mirella la detenían por ser amiga de una compañera de danza, la también bailarina Maritza Garrido-Lecca.
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Ese mismo día, Maritza había sido encontrada junto con el líder de Sendero Luminoso en una casa en el barrio de Surquillo.
Mirella y un par de amigos que la acompañaron esa noche al teatro quedaron rodeados por doce oficiales armados. La bailarina no entendía nada de lo que estaba pasando; toda la información la iba obteniendo por lo que se escuchaba a través de las comunicaciones que los policías tenían por la radio. La estaban llevando detenida y no sabía por qué.
– El trato que recibimos fue horrible- recuerda Mirella
Luego de su detención, Mirella estuvo quince días presa en la cárcel de la DINCOTE (Dirección Nacional Contra el Terrorismo), hasta que se demostró que no tenía ninguna vinculación con la organización.
Cuando Maritza Garrido-Lecca llegó detenida junto con los miembros de la cúpula de Sendero Luminoso, ambas amigas se vieron a los ojos:
“¿Qué hago aquí? ¿De qué se trata todo esto?”, recuerda Mirella que le dijo aún sorprendida.
“No te preocupes”, le dijo Maritza con la mirada fija, “tú vas a salir libre”.
En 1992 Perú parecía haber tocado fondo. Sendero Luminoso estaba dispuesto a entrar en la ciudad de Lima y ese mismo año, para mostrar sus intenciones, había perpetrado, entre otros, un sangriento atentado terrorista con un coche bomba en una zona exclusiva y residencial de Lima, en la calle Tarata de Miraflores. 
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La explosión había dejado un saldo de 23 muertos y más de 100 heridos. La guerra hacía tiempo que ya no sólo afectaba a los campesinos, sino que ahora los limeños estaban siendo advertidos de que “la guerra popular” estaba cobrando forma en la ciudad. Poco antes, el 5 de abril de ese mismo año, el presidente Alberto Fujimori,
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 había dado un golpe de Estado y había cerrado el Congreso con tanques militares. La violencia estaba por todas partes.
Días después de la captura, el gobierno peruano decidió mostrar a Abimael Guzmán y a su cúpula a la prensa. Los habían vestido con trajes a rayas, como los presos de las películas. El “Presidente Gonzalo” estaba dentro de una jaula gritando arengas y levantando un puño.
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 Entre los capturados había alguien que a muchos les llamó la atención. Se trataba de una muchacha mucho más joven que el resto de los detenidos. Tenía el pelo negro azabache, los ojos claros y la tez blanca. Sus cejas pobladas estaban siempre fruncidas. La presentaron como Maritza Garrido-Lecca, de 27 años.
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 De todos los detenidos era la única que destacaba por su belleza. Estaba con las manos atrás, esposada y custodiada por dos oficiales.
-¡Vende patrias! ¡Lo que quieren es matar al presidente Gonzalo! -gritó ella iracunda, mientras algunos periodistas la insultaban- ¡Hay que defender la vida del Presidente Gonzalo!
Los periodistas no dejaban de hacerle fotos.
-Creo que hacer eso fue un error que me ha perjudicado mucho — dice Maritza en el patio del penal donde está recluida, un domingo por la tarde—. Yo pensé que teníamos las horas contadas y que enseguida nos iban a matar. Tenía que decir lo que pensaba.
El patio del pabellón A del penal de mujeres Chorrillos tiene varias mesas dispuestas alrededor, donde las acusadas por terrorismo conversan con sus familiares y amigos. 
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Los domingos es el día de visita masculina, pero también se ve a varios niños pequeños que corretean y juegan bajo el sol. Tras ser anunciados, Maritza se acerca con una sonrisa y nos saluda cordialmente.
Luego de seguirla hasta una mesa con sombrilla, Maritza nos invita a sentar. Va vestida con un pantalón marrón, una camiseta color turquesa y sandalias en los pies. Lleva el pelo amarrado y un par de canas asoman por su cabeza. De sus orejas cuelgan un par de pendientes de color violeta en forma de tréboles de cuatro hojas. Cuando cruza las piernas, comenzamos a charlar.
-Lo que me interesa ahora mismo es ver hacia el futuro -dice Maritza en algún momento de la conversación-. El pasado y lo que me trajo a la cárcel, para mí, es ya un capítulo cerrado. Lo que se debe buscar es que la sociedad peruana, en su conjunto, cierre el capítulo y pase a otro momento de la historia.
ZORBA EL GRIEGO
En agosto de 2003 el informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Perú
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 concluyó que la cifra estimada de víctimas entre 1980 y 2000 fue de 68.820 personas. Una cifra que supera el número de víctimas sufridas en todas las guerras externas e internas de los 192 años de vida independiente del Perú.
Casi la mitad fueron reponsablidad de Sendero Luminoso. El 70% de las víctimas eran campesinas.
-Creo que es fundamental reconocer los errores y pedir disculpas. Pero también creo que deberían analizarse los hechos en el contexto histórico en el que ocurrió todo. No me corresponde a mí hacer ese análisis. Lo que hubo aquí fue una guerra que surgió de las entrañas del Perú- dice Maritza.
En mayo de 1980, Sendero Luminoso le declaró oficialmente la guerra al Estado peruano. Ocurrió el mismo día que se celebraban las primeras elecciones presidenciales en 17 años, tras dos gobiernos militares.
Sendero Luminoso hizo esta declaración a través de un acto claramente incendiario y antidemocrático: quemando urnas electorales en una pequeña localidad de la serranía andina. Desde entonces comenzaron una serie de sabotajes, aniquilamientos, atentados con coches-bomba y el terror comenzó a propalarse por toda la sierra sur y centro del Perú, hasta ir alcanzando la ciudad. El objetivo de Guzmán era llegar al poder a través de la “guerra popular” y desestabilizar todas las instituciones que él consideraba “burguesas” y reemplazarlas por un régimen revolucionario campesino comunista-maoísta.
La presencia femenina en Sendero Luminoso se remonta, sin embargo, a varios años atrás, en la década de 1960, cuando adoctrinaban estudiantes en la Universidad San Cristóbal de Huamanga, en Ayacucho. Ahí, Abimael Guzmán había montado la Escuela de Aplicación en Educación, donde se agrupaban sobre todo parejas. Ahí fue donde las primeras mujeres se vincularon a la organización.
-Desde entonces, Abimael Guzmán se acostumbró a estar rodeado de mujeres -dice el General (R) Marco Miyashiro,
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 uno de los responsables de su captura.
Dentro de esas mujeres había una ex monja encargada de la logística que se llamaba Nelly Evans. En 1991 Evans cayó en una casa junto con información muy valiosa e importante acerca de la organización. En esa vivienda también aparecieron unos vídeos de Guzmán bailando al estilo de la película Zorba el Griego.
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 Para los policías ese video fue fundamental porque por fin le veían la cara a Guzmán, que hasta ese momento estaba rodeado de un halo de misterio.
Nelly Evans era la tía de Maritza Garrido-Lecca.
Maritza había nacido en el seno de una familia limeña de clase media alta como la gente que vive en el barrio de Tarata en Miraflores. Sus padres, católicos y conservadores, se habían preocupado de educar a su hija en un colegio religioso, donde Maritza era la primera en apoyar obras de protección social. Ella era la menor de 5 hermanos que siempre estaban al tanto de lo que hacía o dejaba de hacer.
-Mi madre era como la gallina que cuida a los pollitos —recuerda Maritza—. Siempre detrás de mí. Y eso era algo que, como a todo joven, no me gustaba mucho.
Al igual que su tía, Maritza fue muy religiosa durante su infancia. Además le gustaba el arte. Desde muy pequeña sus padres supieron detectar la enorme destreza que su hija tenía para la danza y la matricularon en el Ballet de Miraflores y luego en el Ballet Nacional
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donde pudo desarrollar su talento. Un día, su tía Maureen, también bailarina, le abrió las puertas de su casa y la introdujo en la danza contemporánea.
—Ella siempre fue muy buena bailando —recuerda Maureen, que la noche de la captura no estaba en su casa y se salvó de pasar esos 15 días en la cárcel—. Tenía una personalidad muy fuerte sobre el escenario.
Maureen, de 58 años, ha preferido pasar página y borrar a Maritza de su vida. Por eso nunca la ha ido a visitar a la cárcel.
—Mucha gente de su entorno nos hemos visto perjudicados con lo que ella hizo —dice Maureen, refiriéndose, entre otros, a su tío Celso Garrido-Lecca 
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y su novia, la bailarina Patricia Awapara, que tuvieron la mala suerte de ir a visitar a Maritza el mismo día que la policía montó la operación—. Yo le ofrecí todo lo bueno que sabía, pero ella escogió lo que escogió. Fue su decisión.
EL CAMBIO
Desde muy joven Maritza había tratado de salir de su entorno familiar. Se había casado muy joven con Saúl Mankevich, un publicista argentino de origen judío que tiempo después sería perseguido por la justicia debido a su vinculación con Fujimori y Montesinos. Sus padres lamentaron que su única hija mujer no pudiera hacerlo por la Iglesia. El matrimonio no duró mucho.
—Él representaba todo el autoritarismo familiar del que ella quería escapar —dice Norma Berrade, mimo argentina de 54 años, que también dirigió a Maritza en varías coreografías dentro de Danza Lima, agrupación creada junto con Maureen—. Ella se sentía amarrada y repitiendo la misma historia que experimentó en su familia. De un tipo de autoridad pasó a otro.
Los años ochenta en Lima fueron muy convulsos. En 1984 había surgido otra agrupación guerrillera, el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, MRTA.
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 Gran parte de la juventud identificada con la izquierda peruana creía que había que hacer algo para cambiar las cosas y muchos comenzaron a simpatizar con los grupos armados. Entre ellos había un grupo de jóvenes poetas que hacían presentaciones multidisciplinares que nunca pasaban desapercibidas. Dentro de ellos había un muchacho que se llamaba Rafael. Cuando conoció a Maritza en la Universidad Católica, donde la bailarina estudió Educación, se enamoró perdidamente de ella.
—Una vez Rafael nos pidió que lo ayudáramos a conquistarla y montamos una fiesta en la que nos la presentó —cuenta Dalmacia, poeta y fotógrafa limeña nacida en 1957, muy cercana a ese grupo de muchachos que querían cambiar el país con el arte, la música y la poesía—. Maritza era una chica muy dulce y recatada en sus modales. Parecía un cervatillo de lo delicada que era.
Luego de que Maritza la ayudara a fugarse, Dalmacia se mudó a vivir con la nueva pareja.
—Para ese momento ya me había vuelto una anarquista —cuenta Dalmacia que había estudiado en la Universidad de San Marcos rodeada de senderistas—. Los de Sendero son muy dogmáticos, muy brutos. No se avienen a razones. Cuando ante las amenazas, yo les decía: “mátenme, a ver si se atreven”, los dejaba boquiabiertos. Para ellos yo era una pituca nihilista hija de un comunista. Pero respetaban mi honestidad.
Un día Dalmacia fue con Maritza a visitar a un amigo común que había caído preso luego de ser encontrado con material propagandístico subversivo. Dentro del penal, Maritza quedó deslumbrada por el discurso que los miembros de Sendero Luminoso propalaban.
—Creo que fue ahí que comencé a perder a Maritza como amiga —dice Dalmacia, que ya se conocía ese discurso y no le interesaba oírlo—. Puede que ahí comenzara su vinculación con Sendero Luminoso porque ella no dejaba de oírlos fascinada.
La vida social de Maritza parecía moverse entre su grupo de amigas bailarinas, sus amigos artistas y bohemios, y posteriormente, los miembros de la organización de Sendero Luminoso, aunque el momento exacto en que ella toma contacto oficialmente con el partido aún sigue siendo un misterio.
—Mi novio cubano me decía: “Hay algo muy raro en esa chica” —cuenta Dalmacia que después de un año se fue de aquella casa—. No nos dejaban entrar a la azotea porque la tenían cerrada con llave. Quizá ahí ya estaban ocultando algo o a alguien. No lo sé.
—Teníamos una presentación en Barcelona, pero ella decidió no ir—, cuenta Maureen—, en vez de eso se fue a Cuba y volvió algo cambiada.
A su regreso conoció al ahora preso por terrorismo, Carlos Incháustegui, 
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un ingeniero de personalidad desabrida para muchos que lo conocieron. A Incháustegui le gustaba frecuentar conciertos de rock subterráneo y le gustaba pintar. Según Maritza, ambos se conocieron en la presentación de un libro de poemas.
—A mí no me caía nada bien —dice Berrade—. Él sí tenía esa onda de izquierdista pesado. Podía soltar algún comentario tipo: “en esta cafetería no entro, vamos a donde va el pueblo”.
Después de conocerlo Maritza cambió su forma de vestir —casual, juvenil y desgarbada— y empezó a llevar faldas más largas y recatadas. Ahora se recogía el pelo y según Norma, Maritza intentaba o pretendía pasar por una mujer de estrato social más bajo, más conservadora. Pero nunca dejó de bailar. Una de las coreografías que Maritza montó por aquellos años se llamó “Sueño de tortuga”, una obra colectiva en la que cada bailarina traía un tema y lo desarrollaba hasta ponerlo en escena. En aquella ocasión Maritza presentó un número donde había una bomba que explotaba y moría mucha gente.
—Desde nuestra perspectiva, en ese momento, Sueño de tortuga era una denuncia contra todo lo que estaba ocurriendo en el Perú en aquellos años —dice Norma—. Pero luego me pongo a pensar y me pregunto: ¿Nos quería decir algo con esa coreografía? ¿Quería compartir algo de lo que le estaba pasando, consciente o inconscientemente? Es algo que hasta ahora no lo sabemos.
—Creo que encontró gente con la que ella se identificó plenamente. Por aquellos años muchos hablaban de revolución a puerta cerrada. Los gobiernos militares de los años ‘70 habían reprimido mucho —reflexiona Mirella—. Creo que la cabeza de Maritza entró en centrifugado. Ella encontró valores que se acomodaban a sus sentimientos. Y en esas circunstancias optas por el palo y a luchar, o hacerte la desentendida. Ella escogió lo primero, y supo mantener su secreto hasta el final.
Minutos antes de la caída de Abimael Guzmán, el coronel Benedicto Jiménez,
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 jefe del GEIN, -Grupo Especial de Inteligencia- no sabía a ciencia cierta que dentro de la casa de Surquillo estaba el líder de una de las organizaciones más sanguinaria de América Latina, y responsable de más 31.000 muertes. El GEIN se había constituido un par de años atrás y al principio su precariedad económica era tal, que al formarse apenas contaban con un coche destartalado, una mesa y un par de sillas. Los agentes recibían menos de mil pesos diarios y muchas veces tenían que regresar caminando a sus casas.
—No podíamos comunicarnos con nadie porque solo contábamos con un aparato de radio. ¿De qué te sirve un solo aparato de radio? —recuerda Jiménez, con una sonrisa—. Hasta que la embajada estadounidense nos brindó ayuda económica. 5 mil dólares al mes.
El objetivo del GEIN era capturar a Guzmán. Y para eso había que utilizar la inteligencia y las técnicas de rastreo. Desde la aparición de los vídeos de Abimael Guzmán bailando como Zorba el Griego en 1991, los rostros del “Presidente Gonzalo” y su cúpula, por fin, habían cobrado forma real. Los agentes constataron que estaba vivo y ahora sabían cómo era “el Cachetón”, apelativo con el que los policías se referían a él. Guzmán sabía que le estaban siguiendo los pasos y no podía quedarse a vivir en una sola casa durante mucho tiempo. Por eso tuvo que mudarse varias veces.
Una de esas casas que el GEIN comenzó a observar quedaba en el barrio de Surquillo. Los agentes policiales lo llamaron “El Castillo”. En ella vivía la bailarina Maritza Garrido-Lecca junto con su esposo, Carlos Incháustegui. Ambos aparentaban llevar una vida de pareja normal. Ella daba clases de danza en la planta baja y él simulaba salir a trabajar todas las mañanas tras despedirse de su mujer con un beso en la boca bajo el alféizar de la puerta. Lo que en realidad hacía Incháustegui era recorrer la zona y percatarse de que nadie los estuviera vigilando, acción que se conocía como “inteligencia de seguridad”. Los agentes comenzaron a escarbar y a estudiar la basura que salía de esa casa, así como cada movimiento de la pareja.
—Maritza era muy hábil y tomaba muchas precauciones —dice Jiménez—, conducía muy bien, muy rápido. A veces intentaba llevarnos hacia calles pequeñas, o sin salida, detenía el coche y salía para mirar hacia atrás. Era muy difícil seguirle el rastro cuando conducía. Desde entonces decidimos seguirlo a él solamente.
La compra de medicinas, cigarros, y ropa interior de talla más grande que la utilizada por Incháustegui hacían sospechar que en esa casa había alguien más. Los agentes de inteligencia habían detectado que entre la basura había cigarrillos. Ni Carlos ni Maritza fumaban.
—A veces ella aparecía por el barrio de Quilca (zona del casco antiguo de Lima, frecuentado por los jóvenes poetas y artistas) y compraba dos copias de cada disco —dice el músico Piero Bustos—. Luego, especulando sobre eso, nos daríamos cuenta de que una de las copias debía ser para Abimael.
Utilizar a una pareja joven y “burguesa” se había convertido en la fachada idónea para esconder a Abimael Guzmán, que luego de la aparición de los vídeos donde aparece bailando ya no podía darse el lujo de salir a la calle.
—Al parecer quien pone en contacto a Maritza con la cúpula de Sendero es su tía Nelly Evans —dice Jiménez—, que al caer, deja a su sobrina en su reemplazo. Aparte de administrar la casa y servir de fachada, Maritza cumplía una labor de contactos. Recogía dirigentes en el auto, los escondía en el maletero y los llevaba donde Guzmán. Su caso dentro de la organización es muy extraño porque en muy poco tiempo, y sin tener un pasado que la vinculara con el partido, pasó a estar al lado de Abimael Guzmán. Algo que sería muy improbable para cualquier otro miembro.
—Eran tiempos muy malos —reconoce la propia Maritza sin querer entrar mucho en detalles—. Estaban pasando (la organización) por un mal momento.
El día que allanaron “El Castillo”, dos de los agentes del GEIN habían estado simulando ser una pareja de enamorados durante toda la tarde. El apelativo de él era “Ardilla” y el de ella, “Gaviota”. Lo único que esperaban era que la puerta de la casa se abriera para poder entrar en ella y allanarla. En la vida real ambos agentes no se llevaban nada bien, pero 6 meses después de la operación terminaron casándose.
A las 8 y media de la noche del domingo 12 de septiembre de 1992, Maritza abrió la puerta de casa para despedir a su tío Celso Garrido-Lecca y a la bailarina Patricia Awapara que, sin saber nada, habían ido a visitarla. En ese momento “Ardilla” y “Gaviota” sacaron sus armas, los apuntaron y entraron en la casa luego de identificarse como policías. Carlos Incháustegui se abalanzó sobre “Ardilla” y ambos comenzaron a forcejear. El agente sólo disparó un tiro al aire para doblegarlo. Cuando los tuvieron bajo control, “Ardilla” decidió subir a la primera planta. Ahí arriba, se encontró con una improvisada pared de madera. La tiró abajo. Cuando cayó, “Ardilla” encontró a Abimael Guzmán junto con 3 mujeres más. Una de ellas era su pareja y número 2 del partido: Elena Iparraguirre,
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 que inmediatamente increpó al policía a que no tocara a su líder. “No lo mates.”, le dijo. “¿Quién eres?”
Después de identificarse, “Ardilla” cogió su aparato de radio y les comunicó a sus demás compañeros:
—¡Cayó el Cachetón!
Guzmán estaba sorprendido y asustado. Carlos Incháustegui 
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pedía que lo mataran, estaba desesperado. Según Jiménez, uno de los agentes lo tranquilizó: “Cálmate, Carlos. No te culpes”, parafrasea Benedicto. “Estaba escrito. Esto era una necesidad histórica”.
—La actitud de Maritza era altanera —dice Jiménez—, a veces pecaba de soberbia y hasta el final lo negaba todo sin saber que nosotros la habíamos grabado y fotografiado.
La primera sentencia que la bailarina recibió fue de cadena perpetua frente a un tribunal militar y sin rostro. Sentencia que luego fue cambiada a 25 años. En aquella primera ocasión la enviaron junto con el resto de acusados por terrorismo a un penal de Yanamayo,
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 a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar en unas condiciones casi inhumanas. Un año después, las autoridades militares permitieron que los medios de comunicación les hicieran una visita. Uno de esos periodistas es Ronald Velarde, entonces reportero de televisión, que encontró a Maritza con la cara irritada, cuarteada por la sequedad de la serranía andina y con pus en los labios partidos.
—No dejaba de insultarnos y escupirnos —recuerda Ronald—, estaba enfurecida, y no dejaba de gritar arengas terroristas. Me dio mucha lástima verla en esas condiciones.
Hoy, veinte años después de su captura, Maritza Garrido-Lecca se ve mucho más serena y aplomada. Ya no es la joven veinteañera de aspecto irreverente, sino que la madurez que da el tiempo es evidente. En mayo de 2007 publicó un libro, “Libertad para danzar”, donde reflexiona sobre la danza y la falta de libertad: “¿Se imagina lo que puede significar para alguien —que se expresa a través del movimiento y ha hecho de eso su forma de vida— estar encerrado en un cuarto de 2 x 2,25 metros?”
A finales del 2102 el MOVADEF (Movimiento por la amnistía y los derechos fundamentales),
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 brazo político de Sendero Luminoso, levantó una polvareda en Perú al intentar inscribirse legalmente como partido. Ellos reivindican el “pensamiento Gonzalo”, doctrina que coloca a Guzmán como la cuarta espada del comunismo mundial. La primera sería Marx y Engels; la segunda, Lenin y Stalin; la tercera Mao, y la cuarta el propio Abimael Guzmán. Lo que buscaba el MOVADEF es una amnistía que dejaría en libertad a todos los presos, civiles y militares, encarcelados, durante el conflicto. Por un momento la sombra de la guerra y el terror pareció asomarse otra vez en el Perú.
—Creo que Guzmán está convencido de que va a morir en la cárcel —afirma Maritza al respecto.
—¿Volverías a hacerlo?
—No pienso hablar del pasado. Lo hecho, hecho está. Hay que verlo en el contexto en el que ocurrió todo.
—¿Qué es lo primero que harías luego de salir en libertad?
—Abrazar a mi padre. Lo que realmente me interesa ahora es mi familia. Son los únicos que han estado conmigo en todo momento. Sobre todo mis padres que la han pasado mal. En todo este tiempo he aprendido a valorar la importancia de la familia. Mi padre tiene 86 años y está enfermo, solo me gustaría que aún siga con vida para que me vea en libertad, aunque sea por un día. Luego de eso, seguir bailando.
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Cuando dan las 5 de la tarde, una de las oficiales de policía anuncia que el horario de visita ha terminado. Por un momento el patio del Pabellón A del penal de muejeres Chorrillos se llena de despidos y abrazos. Maritza dentro de poco tendrá que volver a su celda. Afuera, el sonido de la gruesa puerta metálica es estrepitoso, pero se confunde con el bullicio y el caos de la ciudad. En la calle, el olor del Océano Pacífico deja sentir su presencia.
Fuente : The Clinic


ARTICULO19 de julio de 2001
Omisión de la VerdadNueve años atrás, guarecía a Abimael Guzmán. Hoy purga cadena perpetua. En la semana en que se instaló la Comisión de la Verdad, CARETAS conversó con Maritza Garrido Lecca en la prisión de máxima seguridad en Chorrillos. Reveladoras declaraciones.
Garrido Lecca, Ivonne Cotrina y Gladys Espinoza: "Carlos Tapia dijo que somos una turba dogmática. Eso es un antejuicio".
Escribe ENRIQUE CHAVEZ
LAS mujeres se acercan al notar la presencia extraña. Los tres pares de ojos están más abiertos que de costumbre. Iluminados.
-¿Usted es periodista?
Estoy rodeado. Nos presentamos y en un principio ellas prefieren no mencionar sus apellidos. Las voces son calmadas, el trato es suave y amable. No tienen contacto regular con la prensa y les interesa sobremanera saber qué pienso del movimiento que integraron. Como es lógico, yo prefiero escucharlas. Hablan de los familiares que viven en provincias, del encierro que llevan hace años, de la evolución de las condiciones del mismo. Es una conversación amena, pero insisten en enterarse de mis irrelevantes opiniones.
-Por ejemplo, ¿qué métodos son para usted bárbaros?
Me pregunto si todo es un mal chiste pero mantengo la actitud cordial y respondo lo primero que cruza mi cabeza.
-¿Le parece poco utilizar la sangre de la víctima para escribir "muerte a los soplones" junto a su cadáver?
Se miran a las caras. Silencio. Una señora recoge el vaso descartable del que tomé gaseosa.
-Es que aquí nos sirve mucho eso.
Ah, ya.
MY WAY
Lejanos están los días en que la actitud de las senderistas recluidas transmitía hostilidad. De eso no cabe duda. El personal del penal femenino de máxima seguridad en Chorrillos reconoce que la disciplina de su formación facilita el orden y el cumplimiento del régimen. Se observa que las celdas se mantienen en pulcro orden. Cuando el evento celebratorio del Día del Rehabilitado concluye, las reclusas forman un coro para cantar en homenaje a uno de los grupos musicales que amenizó la sesión.
Dejé, sé que dejé
por donde fui
el alma entera.
Errores cometí, pero al final
pagué la cuenta.
A mi manera es una de las canciones favoritas de Abimael Guzmán. La mezcla de autoridad y fascinación que el líder senderista ejerce sobre sus subalternas se halla intacta.
-Lo tienen que sacar de la Base Naval. Es una persona anciana.
El título de presidente fue reemplazado por un honroso doctor Abimael Guzmán Reynoso. Documentos y testimonios, así sea una conversación informal, no pasan nunca por alto la modificación.
 
Cae la noche y las reclusas no gritan proclamas revolucionarias, sino entonan A mi manera, clásico de Sinatra favorito de Guzmán. Derecha, la edición de la captura.
LA BAILARINA DEL
PABELLON B
-Mucho gusto.
Maritza Garrido Lecca extiende la mano. Su aspecto es sano. Tiene una bonita sonrisa que muestra las dos hileras de dientes. En un momento me tutea y ella misma se corrige. Lo que celebran ya no es el día del recluso.
-Ahora le han cambiado el nombre a "día del rehabilitado" ¿no?
Su risa tiene un atisbo de ironía. Es claro, no se considera ninguna mujer en ningún proceso de rehabilitación.
Cuando entramos en materia, asume un tono firme pero sereno.
-La Comisión de la Verdad debería entrevistarse con una voz autorizada del Partido Comunista del Perú, como el doctor Abimael Guzmán Reynoso.
Asiente con lentitud y cierra los ojos frecuentemente.
Gladys Espinoza es más directa.
-Carlos Tapia ya dijo por la mañana que somos una turba dogmática. Eso es un antejuicio.
Entre ellas, todas las opiniones sobre el tema de la Comisión son homogéneos: Sendero Luminoso debe tener participación directa, de igual a igual frente al Estado. Allí se puede identificar un primer pecado en el tema. ¿Es ingenuidad o invade los terrenos del sentido común?
La tesis de "solución política negociada a los problemas derivados de la guerra" está dando vueltas desde 1993. Ahora sostienen que el llamado que ese año hizo Guzmán para culminar con el conflicto armado evitó un mayor derramamiento de sangre y, si no hubiera sido por la disidencia de Feliciano, la pacificación del país habría sido completada en menos de lo que canta un gallo. El análisis pierde de vista un detalle. Guzmán fue capturado en 1992 y todo el discurso que gira alrededor de la solución política se gesta con el máximo líder en prisión. Como se lee en un documento producido a partir de una mesa redonda realizada por las reclusas este mes, con la detención de Guzmán "se produjo el giro estratégico para el PCP y el movimiento quedó descabezado y sin dirección capaz de cumplir los objetivos y metas, pues como políticos y basados en nuestros principios, sabemos que la guerra es cuestión de dirección política". La pregunta que cabe hacerse es: ¿dónde estaba la solución política en los años '88, '89 ó '90? En ese momento, la proclama de SL tenía su base en una ruptura radical e irreconciliable con el Estado. Una destrucción de lo establecido que no admitía ningún tipo de negociación y que de hecho empujó la solución militar de la que ahora reniegan porque perdieron. Una de las mujeres responde.
-Las condiciones eran diferentes.
Quizás ésa no sea una respuesta suficiente.

 
Del ballet al huayno. Laly Goyzueta y Delfina Paredes estuvieron entre los animadores. Derecha; La reclusión no atemperó su vehemencia.
¿SIN MEA CULPA?
La secuencia es en realidad simple. Sendero busca lo que hace varios años: el reconocimiento como presos políticos abre toda una gama de posibilidades cuyo desenlace es la amnistía general.
¿Están dispuestos a hacer una autocrítica severa sobre su responsabilidad durante la guerra? En palabras de Garrido Lecca, "no se deben seguir buscando venganzas ni rencores. Debemos llegar a una verdadera reconciliación".
Según el documento, "no somos pues responsables de los 25,000 muertos, menos de miles de desaparecidos. El PCP nunca aplicó como forma de lucha el genocidio, la tortura, el secuestro ni desaparaciones. Si errores hubieron nos sometemos al juicio de la historia". Una conclusión que no explica ni siquiera parcialmente la ola terrorista que vivió el Perú. La bailarina no pierde la calma.
-La dirección del PCP tiene la lucidez como para reconocer errores. ¿Tarata? Un error político, evidentemente.
¿Error político? ¿Evidentemente? De seguro no lo fue para los familiares de las víctimas. Mientras conversábamos, se cumplían 9 años del atentado.
El cambio más relevante que la cúpula senderista ha sufrido en los últimos años es la aproximación que tienen hacia la guerra. Para Garrido Lecca, "la lucha armada no es viable en este momento. Ahora existe por parte del pueblo un clamor de paz y sería ilógico no hacerle caso. Sería incluso antirrevolucionario". ¿Cuál es entonces el mañana?
-Habría que preguntarle al doctor Guzmán, pero creo que sí tenemos un futuro como partido político.
-Seremos partido político, siempre al lado del pueblo.
Así remata Ivonne Cotrina, una joven de 26 años recluida desde los 19.
-Imagínate, 19 años y le dieron cadena perpetua.
-No. Me dieron 25, luego 15 y le volvieron a subir. Mi juicio ha pasado por todos lados, sólo le faltó a la FAP.
Muy propio de un movimiento marxista que quiere meter todo en un saco tan dilatado que parece infinito (basta con revisar la bíblica lista que se diseñó con las FARC para el proceso de paz colombiano), las demandas políticas de SL van desde "la solución política a los problemas derivados de la guerra", hasta el cierre del penal de la Base Naval. Entre los dos extremos se pasean una amnistía general "en función de una futura Reconciliación Nacional", el incremento de la producción nacional y trabajo para el pueblo y la democratización del país. Este último proceso, lo reconocen, se inició con el Gobierno de transición. Y no deja de ser curioso que una organización tan vertical y mesiánica como ésta abogue por un proceso democratizador.
Finalmente, el documento repasa los hechos de sangre en los que tuvieron responsabilidad agentes estatales. Maritza señala que "como testigos de parte, estamos casi seguros de que la mayoría de matanzas y genocidios, un 80 %, fue responsabilidad de las FF.AA".

Sybila Arredondo no opuso resistencia a los retratos e incluso los solicitó.
En resumen, algunos virajes con los que no se llega a reconocer, ni de lejos, la barbarie que Sendero desató. Siguen en el juego de justificar métodos terroristas (calificación que rechazan) debido a la situación social que vivía el Perú.
EL FINAL DEL DIA
-Antes había condiciones muy duras. No nos permitían leer. Nada de Mariátegui ni de César Vallejo. Decían que la vida de Bolívar fue muy "movida", así que no nos permitían leer su biografía.
La Biblia fue uno de los escasos recursos de lectura, así que hubo que devorarla. Se les advertía que no hablaran entre ellas. Un foco de 25 vatios era todo lo que iluminaba los pasillos y cuando comenzaron a utilizar los huesos de la sopa para hacer artesanías... se acabaron los huesos en la sopa.
Los medios de comunicación eran restringidos. En la visita mensual, los familiares sólo podían dejarles periódicos como Expreso y El Peruano. ¿Caretas? "Recién pudo entrar al final".
Hoy en día todo es distinto. Son las seis de la tarde y el evento del "día del rehabilitado" ha concluido. Las senderistas ocupan el pabellón B y regresan a él con sus bancas a cuestas. Como acto de protesta por unas requisas, las emerretistas no participaron de la celebración y durante la tarde se escucharon algunas arengas. En general, todo está tranquilo. Me despido y le solicito que me recuerden sus nombres. Cuando quieren decir el de Garrido Lecca, ella ríe.
-A mí me conocen. Estoy quemada.
Sybila Arredondo, reacia hasta hace unos momentos a la cámara, nos pide que le tomemos fotos con las amigas. Lo mismo que las demás. Todas igual de amables y con la misma distancia entre la corrección de sus maneras y la intransigencia del discurso.

El Grupo De los 7
Tras la instalación de la Comisión de la Verdad, sus integrantes tienen una primera reunión este viernes

Los comisionados en pleno, el viernes 13 de julio en Palacio de Gobierno. De izquierda a derecha: Beatriz Alva, Enrique Bernales, Carlos Iván Degregori, Salomón Lerner, Gastón Garatea, Alberto Morote y Carlos Tapia
FINALMENTE, a pesar de la turbamulta generada por la manera cómo se conformó, el viernes 13 por la tarde fue instalada formalmente en Palacio de Gobierno la Comisión de la Verdad. El escenario no podía ser más pertinente: el Salón de la Paz; no obstante, persiste cierta controversia, especialmente por el nombramiento de la ex parlamentaria fujimorista Beatriz Alva Hart.
Esta ausencia de consenso no es novedad. Ha ocurrido en casi todos los países en que ha habido una instancia de este tipo. En Guatemala, por ejemplo, cuando en 1994 se creó la Comisión de la Verdad, hubo tal discusión que se decidió darle la presidencia al Relator Especial de las Naciones Unidas para este país, un alemán de apellido Doumouchard.
En el Perú salimos apenas de un ciclo turbulento, en el cual la polarización fue nuestra divisa. Por eso, esperar que no haya reclamos tras la decisión es iluso. Una carta enviada a Expreso ilustra la multitud de temperamentos: la firmante no protesta por Beatriz Alva sino por el resto de integrantes, presuntos e imperdonables izquierdosos, según ella.
La misma manera cómo se procedió dentro del Gabinete fue una metáfora de la dificultad. Hubo una votación con papelito secreto, en el que cada quien ponía los 7 nombres de su preferencia, tomados de una lista de aproximadamente 43 candidatos, más de 20 aportados por el Grupo de Trabajo Interinstitucional y el resto propuestos por los propios ministros.
Paralelamente, algunos espontáneos se acercaron de motu proprio al Ministerio de Justicia, lugar donde se cocinaban los nombres, con el objeto de ofrecer sus buenos oficios. Entre ellos habría estado el ex candidato vicepresidencial y hoy parlamentario electo José Luis Risco. Curiosamente, el nombre de Lourdes Flores también anduvo en la baraja de elegibles, de modo que puede decirse que Unidad Nacional tampoco accedió a esta segunda vuelta.
Pero, ¿quién propuso a Beatriz Alva?
Su nombre emergió de dentro del gabinete, pues el Grupo de Trabajo jamás pensó en ella, pero lo interesante no es saber quién fue sino por qué contó con los votos suficientes, superando a candidatos como monseñor Bambarén. Al parecer, se trató de un rapto de consideración excesiva, de un adelanto apresurado, de lo que sería la Reconciliación Nacional.
La doctora Alva, por cierto, nunca fue la vocera más desatada del fujimorismo, estuvo en un nivel más bien intermedio y acaso discreto del régimen. El problema con ella -y lo evidenció en declaraciones al diario Liberación- es su, casi desesperante, desconocimiento del tema.
Lo peor que podría pasar ahora, sin embargo, es que las objeciones devengan en una suerte de maltrato a la Comisión. El presidente electo puede hacer algunos cambios, sugerencias. Mas no convendría que destace a la Comisión, bajo el argumento de que no fue consultado. Si lo hace, podría contaminar este delicado proceso con el virus del calculo político.
Hasta Sendero Luminoso -véase el artículo adjunto- quiere participar en la Comisión. Los senderistas piden, cosa imposible, tener un representante o, por lo menos, que Abimael Guzmán sea consultado en la Base Naval, algo que no dejaría de tener un sabor tenebroso. En esta búsqueda, no obstante, aún las rutas más difíciles pueden ser tomadas si conducen a la claridad.
La primera reunión de los comisionados será mañana viernes, por la tarde. Les esperan 18 meses de ardua tarea, a lo más 23 (se puede ampliar por 5 meses el plazo, de acuerdo a la Ley). Si en el camino hay cambios en la conformación de la Comisión, esperemos que éstos no afecten la esencia de la Verdad (Ramiro Escobar).

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 Miraflores: piden que se declare a Maritza Garrido Lecca 'persona non grata'
Una carta, dirigida al alcalde Jorge Muñoz, viene circulando entre los vecinos

Foto: Difusión

Foto: Difusión

Ante la salida de Maritza Garrido Lecca del penal Ancón II en las próximas horas, los vecinos del distrito de Miraflores, donde residirá la terrorista junto a su madre, pidieron que sea declarada 'persona non grata' y para tal fin presentarán una carta.
La misiva estará dirigida al alcalde del distrito, Jorge Muñoz, ello ante la inseguridad que sienten los habitantes de Miraflores ante la presencia de la terrorista. La carta viene circulando entre los vecinos.
Según indicó a ATV+ Roxana Cieza Castellano, quien perdió a su hermano Carlos a manos de una emboscada terrorista, decidió enviar una carta al alcalde pues considera injusta la liberación de terroristas.  
Este año, al menos 9 condenados por terrorismo serán liberados. Luego de la liberación de Maritza Garrido Lecca Risco, Martha Huatay será puesta en libertad el próximo 16 de octubre. 

 

El espectáculo mediático en la libertad de Maritza Garrido Lecca

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ERP. Quizá no lo esperó. Decenas de cámaras de televisión y otro tantos periodistas esperaban en la puerta del penal a Maritza Garrido Lecca Risco, la joven bailarina que escondió al terrorista Abimael Guzmán Reynoso y que ahora tiene 52 años. Días antes, en programas de televisión, autocalificados analistas, periodistas y hasta parientes de Garrido Lecca, iniciaron una desmedida exposición de la terrorista.

Garrido Lecca cumplió sus 25 años de prisión por los delitos cometidos. Durante el proceso se comprobó que no fue dirigente de Sendero Luminoso y su rol en la organización terrorista solo fue para cuidar y proteger al terrorista Abimael Guzmán. Primero, jueces sin rostro la condenaron a cadena perpetua y recurriendo la decisión de primera instancia, la pena fue cambiada a 25 años de prisión, plazo que se cumplió el 11 de septiembre.
Tras su salida, las preguntas periodísticas formuladas mediante gritos, buscan una respuesta sobre su arrepentimiento. Ella mantuvo el silencio siempre. Después inició su desplazamiento y tras ella una retahíla de vehículos de medios periodísticos para saber hacia dónde se dirigía, dónde se hospedaba, qué compraba, qué emociones expresaba, entre otras expresiones. Sin duda, una exagerada cobertura periodística.
Maritza garrido 1
Tras cumplir 25 años de prisión, salió en libertad Maritza Garrido Lecca
Esta exposición mediática de la figura de Maritza Garrido Lecca Risco, sobredimensiona su importancia en el grupo terrorista Sendero Luminoso, la idealiza para las nuevas generaciones y que conocieron poco respecto a sus responsabilidades penales; además de ello, vecinos son entrevistados expresando barreras en contra de su libertad e incluso, en un sinonimia indebida se le pretende aparejar con Nelson Mandela.
Maritza Garrida Lecca tuvo un rol en la protección de Abimael Guzmán y eso está probado, por las pruebas que llevaron a su captura, y por los argumentos que se exhibieron en el proceso. Como persona tiene el derecho de retornar a sus habitualidades al cumplir la pena recibida. No se trata de permitir el escarnio y de negarle su derecho de reinserción social. Como cualquier ex delincuente le corresponde libertad, bajo el prurito que pagó el daño causado a la sociedad.
Sendero Luminoso, creó mucho dolor y lágrimas en entre los 80 y 90 y eso no se puede olvidar. La labor de la DINCOTE bajo el mando de Antonio Ketin Vidal y el GEIN quienes cumplieron un rol importante para capturar al principal cabecilla de la barbarie y después contribuir a la extinción de este grupo terrorista. Es decir, los disconformes con el sistema de estos años y que tuvieron la infeliz idea de asumir las armas como instrumento de cambio, fueron derrotados por el estado de derecho.
La historia cambió merced a la labor de inteligencia de la Policía Nacional del Perú, llámese DINCOTE, aunque tras la captura de Abimael Guzmán, se haya tratado de opacar el rol de cada quien. Conforme lo han reconocido Ketin Vidal, Benedicto Jiménez y otros oficiales de inteligencia, el resultado hubiera tardado en llegar de no ser por la colaboración de Luis Arana Franco “Sotil” quien fue el primer senderista que decidió dar información respecto a Abimael Guzmán.
Gracias a Luis Arana Franco “Sotil” un terrorista amedrentado, asustadizo e ideológicamente débil como lo describen quienes obtuvieron información de él, se logró identificar la ubicación del escurridizo Abimael Guzmán y sobre todo a las personas que lo escondían en su vivienda, en este caso Maritza Garrido Lecca y Carlos Incháustegui Degola. Luego, la historia es bastante conocida y los héroes y también los que no son, buscan ser identificados y tener su poco de reconocimiento.
No es la primera persona condenada por terrorismo que sale en libertad. Otros lo hicieron antes y no hubo cobertura mediática de estas connotaciones, tampoco una explosión de analistas comentando aspectos que fueron y que deben haber cambiado. Uno de ellos su pariente Mijail Garrido Lecca, quien no dudó en expresar sus mortificaciones contra la liberada.
El estado peruano se sustenta en la Constitución y las leyes donde se establece de manera previsible los mínimos y máximos de penas por delito cometido. De ser pena privativa de la libertad efectiva, transcurrido el tiempo deben salir en libertad. No existe otro camino y ese es el derecho que corresponde a Maritza Garrico Lecca y otros.
Más allá de lo que se vive actualmente, las causas que motivaron los actos de violencia y barbarie en la década de los 80 y 90 siguen vigentes. El estado sigue siendo ineficiente para resolver problemas estructurales y es incapaz para crear un estado del bienestar para todos y todas. Estas injusticias, son las que alimentan las insatisfacciones y respuestas violentistas que no se deben permitir.
El rol institucional del Estado y de los partidos políticos deben centrarse en crear una base sólida, de respeto a la democracia y condena a todo acto violentista. La estrategia debe comprender no solo un imperio de la Ley, sino igualmente una disminución de los aspectos que hacen diferentes a miles de peruanos.

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