jueves, 6 de junio de 2019

Los sabios merecen ese nombre porque no viven a merced de los ocho vientos: prosperidad, decadencia, deshonra, honor, alabanza, censura, sufrimiento y placer. No los exalta la prosperidad ni los aflige la decadencia. Las deidades celestiales sin falta protegerán a aquel que no se incline ante los ocho vientos.
Los ocho vientos (Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 834.)

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