Qué diferencia hay entre un trovador y un juglar?
Los trovadores y juglares fueron los principales responsables de difundir la música y la cultura en la Edad Media. Pero aunque se suelan considerar ambos términos como sinónimos, no lo son.
Durante la Edad Media, existieron dos figuras clave en el mundo de la cultura y las lenguas que se dedicaron a crear y difundir el idioma y la historia de cada pueblo, así como a dar a conocer las nuevas que llegaban de los lejanos frentes y a enseñar, pues también tenían fin didáctico, los comportamientos y códigos de honor que debían seguirse. Se trata de los juglares y los trovadores, quienes fueron los grandes protagonistas de la música popular y pagana. Ambos términos, que en su momento estuvieron claramente diferenciados, han ido difuminando sus fronteras y hoy en día se suelen utilizar de manera indiferenciada. Pero no, no son lo mismo y aquí os lo contamos.
La palabra trovador viene de ‘trovar’, que se refiere a la acción de crear o interpretar versos. De hecho, una trova es una creación métrica muy similar a un verso y 'trovador' ha adquirido el significado de 'poeta o poetisa'. Por lo tanto, un trovador era aquella persona de alta cuna que se dedicaba a componer, plasmar e interpretar sus obras con un fin didáctico y de entretenimientomás que como una forma de ganarse la vida. Al tratarse de personas cultas, con amplia formación en el trívium (gramática, lógica y retórica) y el quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía), accedían con facilidad a las grandes cortes europeas y eran consultados sobre política, literatura o los acontecimientos recientes. Las temáticas más comunes en sus textos eran la vida cortesana, con especial protagonismo de los amoríos, y el código de caballeríay las grandes leyendas heroicas, que exaltaban la moral, el arrojo y el honor de los caballeros medievales.
La figura del trovador surgió en el siglo XI y se considera a Guillermo de Poitiers, duque de Aquitania, como el primer gran trovador. Su nieta, Leonor de Aquitania, fue la gran protectora de este gremio, ya que fomentó la creación cultural y la difusión de los textos de trovadores venidos de toda Europa. Aquel que desempeñaba esta profesión era llamado 'trobador' en el sur de Francia y 'minnesänger' en Alemania.
Los trovadores y juglares fueron los principales responsables de difundir la música y la cultura en la Edad Media. Pero aunque se suelan considerar ambos términos como sinónimos, no lo son.
Durante la Edad Media, existieron dos figuras clave en el mundo de la cultura y las lenguas que se dedicaron a crear y difundir el idioma y la historia de cada pueblo, así como a dar a conocer las nuevas que llegaban de los lejanos frentes y a enseñar, pues también tenían fin didáctico, los comportamientos y códigos de honor que debían seguirse. Se trata de los juglares y los trovadores, quienes fueron los grandes protagonistas de la música popular y pagana. Ambos términos, que en su momento estuvieron claramente diferenciados, han ido difuminando sus fronteras y hoy en día se suelen utilizar de manera indiferenciada. Pero no, no son lo mismo y aquí os lo contamos.
La palabra trovador viene de ‘trovar’, que se refiere a la acción de crear o interpretar versos. De hecho, una trova es una creación métrica muy similar a un verso y 'trovador' ha adquirido el significado de 'poeta o poetisa'. Por lo tanto, un trovador era aquella persona de alta cuna que se dedicaba a componer, plasmar e interpretar sus obras con un fin didáctico y de entretenimientomás que como una forma de ganarse la vida. Al tratarse de personas cultas, con amplia formación en el trívium (gramática, lógica y retórica) y el quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía), accedían con facilidad a las grandes cortes europeas y eran consultados sobre política, literatura o los acontecimientos recientes. Las temáticas más comunes en sus textos eran la vida cortesana, con especial protagonismo de los amoríos, y el código de caballeríay las grandes leyendas heroicas, que exaltaban la moral, el arrojo y el honor de los caballeros medievales.
La figura del trovador surgió en el siglo XI y se considera a Guillermo de Poitiers, duque de Aquitania, como el primer gran trovador. Su nieta, Leonor de Aquitania, fue la gran protectora de este gremio, ya que fomentó la creación cultural y la difusión de los textos de trovadores venidos de toda Europa. Aquel que desempeñaba esta profesión era llamado 'trobador' en el sur de Francia y 'minnesänger' en Alemania.
El Mester de juglaría
Los juglares, por el contrario, eran artistas ambulantes que memorizaban y recitaban de forma oral los temas de tradición popular. Sus actuaciones solían acompañarse con mímicas y dramatizaciones. Su nombre deriva de la palabra latina ‘jocularis’, que se puede traducir como “bromista u hombre de chanza”, es por esto que en el desarrollo de sus actuaciones acababan por convertirse en cantores, saltimbanquis, lanzadores de cuchillos, equilibristas, domadores o bufones según el momento. Gracias a ellos se dio a conocer el Mester de juglaría, el conjunto de poemas épicos y de carácter popular provenientes de la tradición pagana. Antes de este, toda la música de la que se tiene constancia en la Edad Media era de carácter religioso, ya que eran los clérigos quienes sabían escribir y habían empezado a componer.
Los juglares, por el contrario, eran artistas ambulantes que memorizaban y recitaban de forma oral los temas de tradición popular. Sus actuaciones solían acompañarse con mímicas y dramatizaciones. Su nombre deriva de la palabra latina ‘jocularis’, que se puede traducir como “bromista u hombre de chanza”, es por esto que en el desarrollo de sus actuaciones acababan por convertirse en cantores, saltimbanquis, lanzadores de cuchillos, equilibristas, domadores o bufones según el momento. Gracias a ellos se dio a conocer el Mester de juglaría, el conjunto de poemas épicos y de carácter popular provenientes de la tradición pagana. Antes de este, toda la música de la que se tiene constancia en la Edad Media era de carácter religioso, ya que eran los clérigos quienes sabían escribir y habían empezado a componer.
¿Qué diferencia hay entre un trovador y un juglar?
Trovadores y juglares fueron los grandes protagonistas de la música popular de la Edad Media. Los primeros se dedicaron sobre todo a la composición, aunque a veces interpretaban sus propias obras como lo hacen los cantautores en la actualidad. Estos músicos-poetas recibieron diferentes denominaciones según su lugar de origen: trobadoren el sur de Francia o minnesänger en Alemania. Escribían sus canciones en lenguas vernáculas y los temas fundamentales fueron el amor cortés y el espíritu caballeresco de los héroes de las cruzadas.El término juglar hacía referencia a cantores, pero también a saltimbanquis, lanzadores de cuchillos, equilibristas, domadores, etc. Eran meros intérpretes, artistas ambulantes cuyo arte solía incluir la declamación, el canto y la música instrumental.
¿Quiénes son los bertsolari o improvisadores de versos?
Los bertsolari son los improvisadores de versos en euskera. Herederos de una tradición ancestral, ponen en marcha su creatividad cuando alguien les propone un tema a partir del cual improvisan versos medidos con rimas complejas en apenas unos segundos. Algo similar hacen los repentistas cubanos, los improvisadores italianos, los versadores canarios o los glosadors de Malloca.
Pero ¿qué pasa por la cabeza de estos artistas de la improvisación poética cuando hacen gala de semejante rapidez mental? Científicos del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL), con sede en San Sebastián, están decididos a averiguarlo. Y para ello han puesto en marcha un proyecto en el que usarán escáneres de resonancia magnética para escudriñar en el cerebro de 18 bertsolaris y compararlo con el cerebro de personas no adiestradas en este arte mientras resuelven ejercicios fonológicos, semánticos y de rima en distintos grados de dificultad. Los científicos pretenden contrastar cómo se produce en cada uno de los grupos el proceso de almacenamiento y recuperación de la información en el cerebro, lo que dará pistas sobre si los bertsolaris han desarrollado habilidades especiales. Esto puede dar lugar en el futuro al desarrollo de herramientas de entrenamiento, no solo para improvisadores de versos, sino para cualquier persona que quiera mejorar su fluidez verbal.
Así actúan la literatura y la poesía sobre el cerebro
Silencio atronador, muerto viviente, dulce amargura, noche blanca o monstruo hermoso son ejemplos de oxímoron, una combinación de dos palabras de significado opuesto que al unirse originan un nuevo sentido. Un estudio español publicado en la revista NeuroImage revela que estas figuras literarias generan una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro.
Según los autores del estudio, del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián, los políticos en sus discursos, los generales en sus arengas y los amantes en sus poemas han utilizado desde siempre ciertas figuras retóricas para convencer, infundir valor o seducir. Lo que hasta ahora no se había logrado era medir empíricamente la capacidad de una figura literaria para generar actividad cerebral en las personas.
“Nuestra investigación demuestra el éxito a nivel retórico de las figuras literarias, y la razón de su efectividad es que atraen la atención de quien las escucha” más que otras expresiones, explica Nicola Molinaro, autor principal del estudio. Concretamente, «se activa la parte frontal del cerebro y se emplean más recursos de lo habitual en procesar a nivel cerebral esa expresión». El investigador señala que el resultado de los experimentos se relaciona «con la actividad que requiere procesar la abstracción de figuras retóricas como el oxímoron, que tratan de comunicar cosas que no existen».
Para los experimentos, Molinaro y sus colegas crearon varias listas de frases incorrectas, neutras, oxímoron y pleonasmos (vocablos innecesarios que añaden expresividad), empleando el mismo sustantivo como sujeto: la palabra ‘monstruo’. Concretamente, los investigadores han utilizado ‘monstruo geográfico’ como expresión incorrecta, ‘monstruo solitario’ como expresión neutra, ‘monstruo hermoso’ como oxímoron, y ‘monstruo horrible’ como pleonasmo. Después, se les mostraron estas listas a personas de entre 18 y 25 años y se midió su actividad cerebral cuando las procesaban por medio del electroencefalograma.
Los resultados muestran que cuanto menos natural es la expresión más recursos requiere para ser procesada en la parte frontal izquierda del cerebro. La frase neutra ‘monstruo solitario’ es la que menos recursos cerebrales necesita para procesarse. En cuanto a la expresión incorrecta ‘monstruo geográfico’, 400 milisegundos después de percibirla, el cerebro reacciona al detectar que hay un error.Sin embargo, en el caso de los oxímoron, como ‘monstruo hermoso’, 500 milisegundos después de percibirse la expresión se midió una intensa actividad cerebral en la parte frontal izquierda del cerebro, un área íntimamente relacionada con el lenguaje que los seres humanos tienen muy desarrollada en comparación con otras especies.
Molinaro ya ha comenzado a repetir este experimento con la resonancia magnética, para obtener imágenes de la actividad cerebral cuando se procesan figuras retóricas. El siguiente objetivo es estudiar las conexiones entre dos áreas muy implicadas en el procesamiento del significado: el hipocampo y el área frontal izquierda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario